A quien no esté familiarizado con el término, compost es un fertilizante natural hecho a partir de materia orgánica en descomposición. Es una muy buena forma de consumo responsable y además es muy fácil de hacer.

¿Por qué hacer compost?

Al hacer compost no solo se da nuevo uso a los desechos que de otro modo serían solo basura, ayudando a reducir la huella de carbono; sino que también resulta ser un fertilizante de muy alta calidad y lleno de nutrientes que ayuda a las plantas a crecer en mejores condiciones y a tener mejor sabor.

¿Cómo se hace?

Primero se necesita un compostador: un recipiente para todos los desechos, puede ser cualquier cosa, desde cajas de zapatos, macetas, cajones de fruta o bidones. Es importante que estos recipientes tengan pequeños agujeros que permitan que la mezcla tome contacto con el aire.

Luego, se esparce una capa de arena y una de paja/aserrín/ramas en el fondo, para evitar que el fondo del recipiente se pudra y la mezcla se estropee. Una vez hecho esto simplemente hay que ir depositando cualquier desecho orgánico* en el interior (cascaras de verduras, corazones de fruta, tallos, hojas, posos de café, etc).

Es necesario regar la pila de compost de vez en cuando para fomentar la descomposición de los residuos, y asegurándose de que penetre todas las capas de materia. Dependiendo de la temperatura ambiente el producto estará listo en aproximadamente 3-4 meses.

* La carne, sin embargo, no es recomendada ya que puede cultivar bacterias muy nocivas (E. Coli), atraer plagas y desprender un olor muy fuerte.